Es común escuchar frases como “me duele la espalda, será la edad” o “con los años, esto es normal”. Pero ¿realmente el dolor de espalda es solo cosa de personas mayores? En Clínica de Labra, vemos cada día a pacientes de todas las edades con molestias similares. La edad influye, sí, pero no es el único —ni el principal— factor que provoca estas dolencias.
En este artículo queremos ayudarte a entender por qué aparece el dolor de espalda, qué hábitos lo favorecen y, sobre todo, cómo puedes empezar a prevenirlo sin importar tu edad.

No es solo la edad, es el estilo de vida
Pasamos muchas horas sentados, frente al ordenador o al volante, con poca actividad física y niveles altos de estrés. Todo eso repercute directamente en la musculatura y en la salud de la columna vertebral.
La falta de movimiento, las malas posturas mantenidas en el tiempo y el sedentarismo son algunas de las causas más frecuentes del dolor lumbar y cervical. Y lo importante es que esto afecta tanto a personas jóvenes como mayores.
El cuerpo se adapta… pero también se sobrecarga
Tu cuerpo está diseñado para moverse. Cuando pasas muchas horas en la misma posición, ciertos músculos trabajan de más, otros se debilitan y aparecen las sobrecargas. Si no hay equilibrio entre actividad y descanso, entre fuerza y movilidad, tu espalda lo nota.
A veces el dolor aparece de forma repentina, pero en realidad es el resultado de pequeñas compensaciones que tu cuerpo ha hecho durante semanas, meses o incluso años. Por eso, aunque tengas 30 años, puedes sufrir dolores similares a los de alguien de 60 si tu cuerpo ha estado bajo las mismas condiciones.
Factores que influyen (más allá de los años)
- Postura corporal: No se trata de estar recto todo el día, sino de moverse, cambiar de posición y tener conciencia corporal.
- Falta de ejercicio: El movimiento es lo que mantiene tu espalda fuerte y funcional.
- Estrés: La tensión emocional se traduce en tensión muscular, especialmente en cuello y espalda.
- Descanso insuficiente: Dormir mal impide la recuperación natural de los tejidos.
- Falta de variabilidad: Siempre las mismas rutinas, gestos o esfuerzos pueden sobrecargar zonas concretas.
Entonces… ¿qué puedes hacer?
Lo más importante es entender que tu espalda no es débil, ni está mal diseñada, ni va a doler siempre. Tiene una gran capacidad de adaptación y recuperación, pero necesita movimiento, atención y prevención.
Algunos consejos prácticos que puedes aplicar desde hoy:
✔ Cambia de postura con frecuencia si trabajas sentado
✔ Haz pausas activas cada hora: camina, estírate o muévete
✔ Dedica unos minutos al día a estiramientos suaves
✔ No ignores las molestias leves: escúchalas y actúa antes de que se agraven
✔ Busca atención profesional si el dolor persiste o limita tu día a día
La edad importa… pero no lo es todo
En Clínica de Labra vemos cómo pacientes jóvenes desarrollan dolores por hábitos que pueden corregirse, y cómo personas mayores recuperan su movilidad y calidad de vida con los tratamientos adecuados. El verdadero cambio no está en los años que tienes, sino en cómo cuidas tu cuerpo a diario.
Si llevas tiempo con molestias en la espalda, no lo normalices. Te escuchamos, analizamos tu caso y te ayudamos a recuperar tu bienestar desde un enfoque personalizado y realista.